Cortázar y Pilar Corcos
Leer Cortázar es como un viajar a ver un familiar, obligatoriamente, todos lo años. Cada viaje es significativo para vos, pero de diferentes maneras.
La literatura de Cortázar es solo un viaje de muchos.
(Lo hice en un programa que no me dejaba subirlo así que este es el drive)
https://drive.google.com/file/d/1hq8WYyHkGCYS1w2tbecunRBoA8KjRwSS/view?usp=drivesdk
Como tiene varios errores acá está el borrador...
07.01 nos subimos todos al auto. Nuevamente un viaje a la casa de mi abuela en Banfield. Hacemos siempre el mismo viaje una vez por año. No es que no la quiera a mi abuela, le tengo un aprecio, pero creo todos están enamorados de ella por ninguna razón.
07.13. Hora de quejarse.
-Siempre Buenos Aires. Los porteños son pretenciosos, su provincia está sobrevalorada y todos se creen una especie de franceses aunque hayan nacido en laferrere.
-Vos naciste en Buenos Aires. No se puede odiar lo que uno es.-dice mi hermana.
-Con las acertadas razones se puede llegar a odiar hasta al mismísimo Gandhi.
-Vos no tenes la capacidad de analizar esas "supuestas razones".
07.58. Todos lo creen. No soy lo suficientemente inteligente para nada. Es verdad, pero no lo quiero creer. Me niego. Les voy a demostrar que se equivocan, aunque fracase en el intento.
08.05. Mi mente es mi aliada en estas situaciones. Todos entretenidos. Yo, no entendiendo que tiene de divertido un viaje de 11 horas y 26 minutos hacia una ciudad sin gracia. No lo entiendo.
08.20. La abuela. Una señora vieja, sin nada que hacer de su vida que quejarse y criticar todo. La crítica refleja vagamente nuestra vida y cómo la vivimos, pero ella muestra una parte de la vida que nadie se atreve a mirar. Lo malo, lo bueno, lo feo, lo hermoso. Creo que todos la odiamos en el fondo, pero a la vez es tan difícil odiarla. Es como odiar la realidad, lo cual no sería imposible de hacer.
09.25. Tantas cosas que dice, tantas interpretaciones. Siempre hay símbolos, ambigüedades, pasajes. Es tan complicado. Y más cuando hablo con mi hermana sobre aquello.
-Tenés que entenderla...-me dice- Es vieja y su único sostén en la vida es el suspenso. Vos seguí con lo tuyo.
No creo que el suspenso sea su sostén, sino la satisfacción que le da nuestra incapacidad de no comprenderla. Y la idea que la entendamos la satisface y la desafía aún más.
09.30 Yo la entiendo. No es tan difícil lo que dice, sino cómo lo dice. Muestra que hacer una torta es más complejo que echar huevos, leche y harina a un bowl.
10.00. En el viaje me entretengo escribiendo que preguntas puedo hacerle a la abuela. Sin mis apuntes no soy nada. De la nada siento a mi hermana mirando mi cuaderno. Nadie mira mi cuaderno. Le lanzo una mirada desafiante.
-Tus preguntas son estupidas. Pobre la abuela que tiene que escuchar tus suposiciones. Son mediocres y llanas. Pobre de ella.- dice con una sonrisa.
Observo mis apuntes. No sirven, tiene tanta razón.
10.10. Mis intentos para comprender a la abuela fueron en vano. Su mente es demasiado compleja y orgullosa como para responder tales preguntas.
Pero no se me ocurre que hacer para entenderla. Quién puede hacerlo verdaderamente?
Me paso el viaje durmiendo al no poder lograr mi cometido.
11.45. Me despierto al sentir movimiento a mi lado. Mi hermana y mi mamá cambiaron de lugar porque ella quería dormir una siesta conmigo. Al darse cuenta que estaba despierta y decaída, me pregunta qué es lo que lo que me pasa. Yo le cuento mi preocupación al no poder comprender a la abuela. Ella ríe y afirma que entender a su madre conlleva una gran cantidad de tiempo que no se puede asegurar en un par de horas de un viaje en auto.
Me cuenta anécdotas, recuerdos, vistazos del pasado de la abuela. No tenía muchos amigos ni en su infancia, ni en su juventud, ni nunca. Incomprendida, llegó a ser grandes cosas como aprender el arte de lo insólito (lo contrario a lo común), lo bohemio.
Mi madre me cuenta esto como si fuera un texto que tiene implantado de memoria. No lo siente. Como si lo hubiera contado tantas veces que... Se duerme, se aburre.
12.54. Cuando mi madre se despierta, me cuenta cómo está la casa de la abuela ahora. Las modificaciones que hizo y sus nuevas, y refinadas, adquisiciones. Me comenta de la horrible estatuilla de porcelana que tiene como centro de mesa en su comedor, el cual consiguió en una casa de antiguedades. Dice que no entiende el porqué está ahí. Jah. La abuela lo puso de manera irónica, burlona. Quién más que esta mujer...
14.00. Creo que llegue a entender a la abuela. Llegue a quererla. Llegue a idolatrarla. Me gusta su estilo de representar sentimientos, pensamientos, ideologías en cosas que nada que ver. Me gusta que me haga sentir de una manera y al enterarme de lo que en realidad se refiere, sentirme de esa manera también. Siento como si fuera un espejo en la oscuridad. No podes ver que sos vos, pero lo sabes.
16.00. Falta poco para llegar a destino. Desde la ventana se puede apreciar que esto no es casa, pero me siento a gusto. En el camino me han contado cosas de la abuela... No quiero creerlas. Cierro mis ojos, cierro mis oídos, cierro mi mente.
17.00. Que persona del mal. Apologías a para nada mis ideales. No me puedo sentir identificada. Ahora todo lo que escucho lo identifico con sus malos actos. No quiero más información, no quiero escuchar, no quiero pensar.
18.19. Ya se puede ver las calles de Banfield. Ya se puede sentir el aire sucio, el aire de tierra de Buenos Aires. Una provincia limpia en apariencia.
18.27. Estamos en la puerta de la casa de la abuela. Me escabullo. Adentro están todos saludando a todos. Todos compartiendo cosas con todos. No puedo compartir nada con ellos.
Siento que alguien me toca el hombro. Al darme vuelta veo a la abuela. Le cuento todo. Todo. La confusión, el enojo, la alegría y la decepción que me dio conocerla. Ella se sienta en la vereda y me invita. Acepto.
Empieza a hablar:
-No estoy acá para que me ames o me juzgues. Cada uno paga sus propios pecados y yo todavía no saldé mi cuenta. Pero cuando termine, dejaré propina.
No siempre somos lo que mostramos. Por eso existen tantas versiones de todo. Solo hace falta encontrar la que nos defina.
Un gato se nos acerca y mi abuela y yo lo acariciamos. Quiero que tenga razón.
Entramos y me fijo en el reloj:
19.14. No sé que tengo, pero soy una nueva.
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