Magia Oscura - Agustín López

Magia Oscura




¡“Yo, Ferenc, maldigo al pueblo de Etyenk y lo condenó a la oscuridad hasta que un Brujo vuelva a reinar”!

Ferenc nació en Etyenk (un pequeño reino en Europa del este) en el año 754 A.C., era  nieto del “Rey Brujo Zoltan”, quien lo crió desde pequeño ya que sus padres habían fallecido debido a una extraña epidemia.

Su familia estaba compuesta por brujos y brujas que eran conocidos y venerados en toda la región por la fuerza de sus brujerías, sus poderosos hechizos y sus poderes sobrenaturales.

Al morir su abuelo, Ferenc heredó el trono. Se casó con Jensi, una joven perteneciente a una familia de militares que dedicaban su vida al exterminio de la brujería.
Tuvieron un hijo y una hija a los que llamaron Kuna y Lania.

Otro aniversario de aquel fatídico y frío 3 de enero de 784 A.C. se avecinaba, Ferenc no hacía otra cosa que revolcarse del dolor en su sótano por lo que le había acontecido a su familia.
Se sentó en su mesa, llenó su vaso de vino y sus ojos se colmaron de lágrimas color sangre. Oía a la pequeña Lania gritar mientras agonizaba desangrándose, lo miraba y balbuceaba algo que él no lograba entender.

Solía pasar los días y las noches recordando, tratando de hallarle una explicación a lo sucedido.

Durante su reinado, el pueblo estaba enfrentado y coincidían con el ejército en que había que aniquilar a los brujos ya que la brujería era sinónimo del mal, que eran seres oscuros que mediante hechizos desafiaban a la naturaleza y pretendían dominar el universo burlándose del creador.

El ejército estaba comandado por su suegro, el padre de Jensi, quien años atrás le había jurado  a su hija que si se casaba con un brujo la haría descender a los infiernos.

El general dedicó varios años de su vida a planear la exterminación de los brujos y brujas de la región. Formó un ejército que incluía a civiles que se alistaban con el sueño de tener un mundo libre de brujos.

Volvió a llenar su vaso con vino y mientras el líquido rojo salía de la botella recordaba como la sangre del pequeño Kuna se expandía por la habitación a medida que iba empalideciendo. Podía verse a si mismo, amarrado a un poste de hierro e intentando utilizar toda la fuerza de la brujería para detener el horror.

Al igual que tantas otras noches sintió la mano de su amada que le palmeaba el hombro y le decía “ No te rindas, con el poder del Sol y la luna, vas a poder revertir este horror”. E inmediatamente recordó cómo la habían asesinado: la habían quemado en la hoguera mientras todo el pueblo celebraba.

Sus días transcurrían en un constante estado de tormento. Estaba sumido en una enorme tristeza  y dudaba hasta del poder de la brujería.

Aquel 3 de enero el ejército arremetió con toda su fuerza en el pueblo y eliminaron uno por uno a los brujos, brujas y a sus hijos. Destronaron a Ferenc y frente a sus ojos asesinaron a su mujer y a sus hijos, mientras él se deshacía de dolor entre hechizos y maldiciones.

Al día siguiente de la matanza, el pueblo se reunió en la plaza, cantaban y comían a modo de celebración. El general fue coronado rey y reafirmó su compromiso con un mundo libre de brujos. Ferenc observaba alejado, y fue esa la primera vez que sintió a Jensi acariciarle el hombro y decirle al oído:“ No te rindas, con el poder del Sol y la luna, vas a poder revertir este horror”.
Enseguida vinieron a su mente la imagen de su mujer e hijos desangrándose, corrió a toda velocidad, subió a la tarima donde estaba el general, pronunció unas palabras inentendibles para el resto de los allí presentes y los maldijo y realizó el más potente de los hechizos. Hubo un magnánimo eclipse de sol y luna quedando  todo el pueblo sumido en la más absoluta oscuridad.

Los habitantes gritaban desesperados, los miembros del ejército estaban petrificados. Ferenc lanzó su maldición: “¡“Yo, Ferenc, maldigo al pueblo de Etyenk y lo condenó a la oscuridad hasta que un Brujo vuelva a reinar”.

A partir de ese día nunca más los habitantes de Etyenk volvieron a ver la luz del sol ni de la luna. El pueblo se transformó en un lugar lúgubre iluminado sólo por antorchas y fogatas, el olor a la sangre derramada de todos los brujos invadía todo el lugar.

El rey  fue perdiendo poder, en gran parte debido a su incapacidad para brindar una solución a tamaña tragedia.
Su primogénito, Juliek, no era miembro del ejército y pasaba los días en su habitación leyendo y recordando a su hermana y a sus sobrinos.

Lo que el rey desconocía era que Juliek por las noches solía ir a la casa de Ferenc.
Al enfermar el rey, sus encuentros se tornaron cada vez más frecuentes y algunos de los habitantes del pueblo sospechaban que Ferenc lo estaba iniciando en la brujería.

Fue en una fría noche de diciembre del año 824 que todo el pueblo se conmovió al ver repentinamente a la luna y luego, como si la noche hubiese durado un instante, al sol.
Un dulce aroma invadió las calles. Los habitantes salieron hacia la plaza anonadados, allí estaba Juliek quien les notificó que su padre había muerto, que él era el nuevo rey y que en Etyenk todos los días saldrían la luna y el sol.

Ferenc observaba alejado de la multitud, el nuevo rey se acercó, lo abrazó y caminaron hacia su casa. El sol invadía todos los ambientes de la misma y había un delicioso olor a comida casera. Se escuchaban a lo lejos las risotadas de sus niños, se sentaron a la mesa  y sintió nuevamente la cálida mano de su esposa que nada le decía, si no que, solamente le sonreía. Los cinco platos estaban servidos.



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Comentarios

  1. Elaborás un buen relato que cuenta bien una historia, con pasajes bien logrados en los que pintás la época y el espacio. No obstante, hay un error conceptual con las fechas: Ferenc nace en el 754 A.C.; el hecho fatídico acaece cuando él reinaba, no puede ser entonces en el 784 A.C. (cronológicamente anterior). Después, ya reinaba Juliek, el hijo de quien destrona a Ferenc, cuando reaparecen la luna y el sol, por lo tanto, no puede ser el año 824 A.C. (cronológicamente anterior; obviamente, tampoco puede ser 824 D.C., porque Ferenc seguía vivo). Las fechas anteriores al año 1 se ordenan de forma decreciente.
    Bien construido el verosímil.
    En general, las rupturas del tiempo lineal están logradas, aunque los errores de fechas antes señalados las deslucen; a veces, por los datos vertidos y el conector empleado, resultan confusas.
    Revisar uso de comillas, ortografía (tildes), conjunciones y preposiciones.
    Nota: 7+

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