"El Escritor", Jazmin Ortiz
Era un 3 de febrero y hacía 9 meses que no escribía, no podía entender porque nada me servía; mirar los paisajes que tanto me gustaban y que siempre me traían historias a la mente o sentarme en la plaza a hablar con ese vagabundo el, “loco John”, cómo le decían los niños que iban a la plaza. El siempre me contaba esas historias de cómo había navegado por todo el mundo y descubierto cosas inimaginables. Pero sus viajes habían terminado cuando perdió su brazo; para él significó una pérdida tan grande que la tristeza lo invadía profundamente, se quería morir. Eso lo llevó a ser un vagabundo y vivir en la miseria o como él decía su viaje sin fin.
Me encontraba abatido, desconsolado, mis ideas se desvanecían como en una bruma lejana, mi mundo había perdido color, no sabía qué hacer?, por dónde ir?; un escritor sin luces, sin nada que me pudiera hacer escribir aunque fuesen tres palabras. Empecé a replantearme si realmente debería ser escritor, tal vez ya no era mi vocación. Un escritor que no escribe no puede serlo.
Decidí hacer un viaje a Berlín, mi ciudad natal, hace casi 20 años que no iba. Creía que era tiempo de volver y tal vez me reencontraría, podría recordar por qué me volví escritor. Tal vez esto me ayudaría… era mi último intento.
Caminaba por la calle Oranienstraße cuando de repente me encontré con una casa antigua que tenía un cartel afuera que decía Tarot Mondlicht-Buchhandlung, quede sorprendido, no creía mucho en esas cosas. Antes, en ese lugar, se encontraba una biblioteca a la cual yo iba siempre a leer y me quedaba horas y horas, dejándome llevar por esas historias interminables de aventuras, mundos imaginarios, luchas, amor... Mi familia no era muy adinerada, no tenía la oportunidad de comprarme libros, pero ese no era motivo para detenerme, iba a este lugar y pasaba mis días ahí.
Había decidido entrar y probar, ver que me decían las cartas del tarot, aunque yo no creía; en ese momento no tenía mucho que perder en mi vida, no me cambiaba en nada probar cosas nuevas hasta tal vez me ayudaría a escribir. Ingrese a una sala con paredes cubiertas por terciopelo rojo, en el medio había una mesa con unos círculos y todos los planetas dibujados que parecía el sistema solar, dos sillones, en uno se encontraba una chica, era joven y a decir verdad muy bella, me presenté le dije hola me llamo Kaspar, ella me dijo siéntate que quieres saber? Se sintió muy fría su forma de hablar, pero igualmente le respondí: hace mucho tiempo que no puedo escribir y no sé por qué, quisiera saberlo. Ella me dice: saca tres cartas del mazo y colócalas en frente mío boca abajo. La primer carta que levanta me dice: te toco “el carro”, y eso que significa le pregunte, ella me responde tuviste un arduo trabajo. Sin embargo lo hiciste rápidamente. “El Carro” es una carta fuerte y la labor a que te a comprometiendo, tu carácter lo ha podido soportar por la tendencia a proteger tus propios intereses y ego. La lucha te ha fortalecido y los eventos recientes te han dado la oportunidad de alcanzar la victoria. Esos caminos largos y duros, difíciles ascendentes, largas pendientes y callejones sin salida con los que te has encontrado. A todos los pudiste transitar y superar gracias a tu esperanza y ese duro camino te dio la habilidad para triunfar a través de tu organización y Resistencia. La confianza que sólo poseen algunos que han hecho algo que no creían posible. Pocas fuerzas pueden enfrentarse contra una persona así.
Me quedé pensando… entonces recordé cuando escribí mi primer novela que me fue tan difícil editar, porque tuve que pasar por un montón de editoriales que me decían que vaya al mes siguientes o frases como “nosotros te llamamos”. Ya no tenía esperanza de poder publicarla pero un lunes 26 de noviembre, lo recuerdo muy bien, me llamaron de la editorial Dunken para avisarme que mi novela fue aceptado y que la publicarían.
Da vuelta la otra carta y sale “el ermitaño”, esta carta tiene un gran significado: habla sobre que hay momentos en la vida en que uno debe dar un paso atrás y examinar cuidadosamente las situaciones y decisiones que toma. El encontrar al Ermitaño sugiere que ese momento ha llegado para ti. Necesitas de un periodo de reflexión interior, lejos de las actuales demandas de tu posición. Este retiro puede ser físico o una búsqueda interior. Sólo una introspección honesta y profunda te llevará a una solución. Esto quiere decir que si hay alguien que te puede ayudar a solucionar todos tus problemas, esa persona eres tú mismo. Al entenderte a ti mismo podrás entender mejor a los demás.
Rápidamente se me vino la imagen de hace tres meses atrás cuando estaba en los bares de Nueva York y tomaba alcohol sin parar porque no podía escribir, no soportaba mirarme al espejo y no encontrarme. Ahogaba mis penas en el alcohol porque era la única manera de soportar y no pensar si realmente estaba hecho para ser escritor o sólo fue la suerte del destino. Entonces levanté la mirada vi a la chica que me tiraba las cartas y me cayeron lagrimas, ella me miró y dio vuelta la tercera y última carta: era “La muerte” me quedé en silencio, mis lágrimas se secaron, mire a la chica y no puede decir nada. Ella empezó a explicarme: la Muerte indica cambios en tu futuro; este cambio puede darse en cualquier aspecto de tu vida, pero seguramente será permanente, significativo y absoluto. La Muerte sugiere una completa separación entre el pasado y el futuro y será muy probablemente dolorosa. A pesar de la sensación de pérdida que la pueda acompañar, la Muerte cumple un rol natural e importante en la vida y nos lleva eventualmente a la aceptación. Es necesaria para seguir avanzando y verás que los cambios son más sencillos si los aceptas en vez de luchar en su contra. Espera el fin de una amistad cercana, un nuevo trabajo, un matrimonio. No te enfoques demasiado en lo negativo. Para poder avanzar debes desarrollar una nueva mirada del mundo. El pasado está detrás de ti y el resto de tu vida sigue adelante. Continúa con tu camino con todo tu corazón. Al terminar esta frase la mire y le dije: esto qué quiere decir, que no tengo que ser más escritor, aca se termino mi carrera? Ella me miro y contesto: solo tu corazón puede decidir eso.
Me fui del lugar rumbo al aeropuerto para volver a Nueva York y mientras estaba en el avión pensaba no tengo que ser más escritor? Pero si no soy escritor no quiero ser nada. Entre al baño del avión rompí el espejo con mi puño y mis venas se cortaron. Mientras me desangraba pensaba en la siguiente novela que podría escribir y se llamaría “El viaje del encuentro”.
FIN.
Una historia sencilla, con un tema intenso; sin embargo, no lográs construir un encadenamiento de los hechos que conmueva: datos innecesarios o previsibles y las reacciones del protagonista son poco creíbles. Faltan indicios y extrañamiento. El tono y los modos del narrador se quedan en el decir pero no alcanzan a contar. Narrar no es decir lo que pasa sino hacer que pase.
ResponderEliminarEl intento de romper el tiempo lineal no está logrado.
Revisar puntuación y párrafos. Mal usados los signos de interrogación y los tiempos verbales. Ortografía, concordancia.
Nota: 5