"Civilizacion" Ignacio Moiron y Mateo Daskal.


La voz anunció en qué puerta deberían embarcar los pasajeros con destino a Yibuti, una república ubicada en un cuerno de áfrica que subsiste únicamente por su ubicación como puerto, siendo muy calurosa para la agricultura y muy pobre para que haya servicios. A Adam esto le llamaba la atención y un español que se crió en una familia de buena plata por su tradición familiar en los altos cargos de la milicia, se podía dar el lujo de un viaje de avión donde quisiese, siempre acompañado por su pistola heredada del padre al morir en 1947 causa de un cáncer especialmente invasivo. Al escuchar la voz él y los demás curiosos por conocer la nueva cultura se pararon y ordenadamente fueron subiendo en el pequeño alado, con una vista al futuro tan positiva, que Adam ni siquiera se molestó al ver su lugar ocupado, y simplemente se ubicó en otro. El avión cerró sus puertas, se elevó en el cielo, y desapareció entre las espesas nubes de Barcelona. No fue hasta pasar Túnez para realizar una carga de gasolina en Egipto, que uno de los motores se tragó violentamente algún desafortunado ser vivo, la bebida en los vasos comenzó a pronunciar lo que parecía un mar agitado, y la azafata convenció a todos de que nada había pasado, desviando la atención de lo ocurrido alegando que el vuelo llegaría a su primer destino en aproximadamente horas. No pasaron 3, y el avión comenzó a perder potencia lenta y sucesivamente, aunque de forma casi imperceptible para los pasajeros. Sin embargo, al momento de dar la mala

Noticia, la vieja moza prefirió guardarse la información y ahorrarse la molestia propia y de los pasajeros, aunque poco duró la tranquilidad cuando el segundo y último motor se apagó repentinamente, haciendo que el avión caiga desde cientos de metros al el mediterráneo, destrozándose casi por completo dejando a la deriva cuerpos muertos, por morirse, y unos pocos vivos.



Fue así que Adam despertó cubierto arena, bajo la mirada de un grupo de lo que parecían nativos del lugar, quienes disfrutaban del espectáculo. Con grandes manchas de sangre, “su pálido y amoratado rostro, su voz, su labio trémulo, mostraban el movimiento convulsivo de su corazón, la agitación de sus nervios”. Fue trasladado a rastras hacia una humilde cabaña en un mayormente humilde asentamiento de unas 9 o 10 familias, las cuales observaban sorprendidas al español. Fue recuperarse a medias, y el jefe de la tribu exigió hablar con el afortunado español, sin embargo esto fue nada productivo, ya que los 2 fueron incapaces de comprenderse, y el regente mandó a sus súbditos a dejar al blanco en una vieja jaula, en la cual le arrojaron las heces de diferentes animales, y produjeron nuevas heces arriba suyo, riéndose y bailando a su alrededor. Le hicieron comer las sobras de algún animal cazado y beber agua salada traída del mar, para finalmente dejarlo tirado, agotado, e irse a pasar la noche puertas adentro. No fue hasta la próxima tarde que Adam despertó, por una piedra que impactó fuertemente en su pierna, seguida de una ráfaga de otros elementos lanzados por niños del lugar, quienes siguieron hasta el agotamiento, dejando dolido aunque no mucho más herido al europeo, que entre sollozos y gritos pedía inútilmente por la ayuda a un dios, el cual los nativos nunca entenderán.  Así siguieron, de día y noche, los grandes cuerpos negros azotando, torturando, y humillando al pobre hombre, quien al ver una oportunidad en uno de los tantos juegos basados en destruir su físico, echó a correr con el cuerpo ensangrentado y un espíritu propio de un soldado que lucha por su vida. Logró alejarse bastante del lugar se sentó en un árbol y comenzó a llorar sus lágrimas eran pesadas como piedras y tenía una sensación de querer gritar lo más fuerte posible pero no podía. Tuvo un recuerdo de su infancia donde recordó al cura donde él acudía a misa “es el día del juicio, decían, el fin del mundo está por venir” lo repetía en todos sus discursos y ahora él lo sentía cada vez más cercano. A lo lejos podía observar como los aborígenes lo buscaban, pasaron dos días de los más calurosos en su vida donde logró comer y beber robándoles a los aborígenes mientras dormía. El no podía seguir así ya sabían que él estaba cerca no podía seguir viviendo sabiendo que en cualquier momento lo podrían encontrar así que decidió que lo mejor era de noche incendiar su “ciudad” de día encontró dos piedras perfectas para comenzar un fuego que del calor que tenían sacaban chispas con solo frotarlas una vez. Pasaban las horas y el mantiene calientes las piedras para cuando llegue la hora pueda funcionar todo a la perfección, llegado el momento frotó las piedras varias veces hasta que lo consiguió un pequeño fuego en la gran vegetación de la isla a los pocos minutos se empezó a propagar y en menos de veinticinco minutos llegó a las casas ya de manera incontrolable. Adam veía con ojos llenos de furia y felicidad lo que ocurría mientras varias familias eran quemadas en el epicentro de la aldea mientras intentaban apagar las llamas inmensas y el humor grotesco salido del mismísimo infierno, Adam solo repetía una y otra vez “vuestra impiedad, vuestras herejías, vuestras blasfemias, vuestros crímenes horrendos, han traído sobre nuestra tierra las plagas del Señor”. El fuego ya había consumido casi todo en la isla y Adam ya no encontraba comida ni agua y luego de pasar dos días así donde su estómago se desmoronaba y su garganta era más seca que el desierto rezando por agua, y lo único que veía era cenizas y árboles a medio incendiar, muere de desnutrición. Los pocos aborígenes que sobrevivieron tuvieron la ardua lucha de recuperar su preciada isla que había sido arrebatada por el hombre blanco.

Comentarios

  1. La historia resulta inverosímil, no solo en el planteo y el modo en que se desarrollan los hechos, sino por el discurso, plagado de explicaciones, términos mal usados y un caos de puntuación. Los personajes actúan de manera estereotipada, sin matices ni elaboración original. Además, el título produce desconcierto porque no se ve la relación con lo dicho.
    Hay muchos errores de expresión que impiden una lectura fluida.
    NOTA: 5-

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