``El desvalor de una patilla´´ Serafin Garcia Muniain y Santiago Salerno


                                                                          
                       
La incesante tormenta que apañaba a Buenos Aires por esos días, dió origen a la falta de carne en todo el pueblo.  ``Las pobres mujeres salían sin aliento, anonadadas del templo, echando, como era natural, la culpa de aquella calamidad a los unitarios´´.Mientras que los hombres buscaban como alimentar a su familia, sus hijos eran muchachos adiestrados en el manejo del cuchillo, algunos casi adolescentes que formaban parte de las matanzas en los mataderos. Dentro de sus gargantas ya estaba instalado, el grito ensordecedor aclamando al Restaurador y entonando a coro el mueran los salvajes unitarios. 
Salían en pandilla a recorrer las embarradas calles de la ciudad, controlando que todo estuviera en orden, un supuesto orden en el cual no se toleraba las patillas en forma de U, la falta de la divisa punzo ni el luto en el sombrero. Cegados por un odio interno deseaban que se interponga en su camino un cajetilla, como ellos solían llamarlos, para así demostrar su insignificante superioridad que los mantenía a tono de una realidad vulnerable por sus propios actos.
 Cuanto daría por cruzarme a uno!- Exclamaba  montado en su caballo.
``Todas esas cajetillas unitarias son pintores como el diablo´´-Contestaba  el encargado del corral.
Cerca de la plaza central se ve a un muchacho bien vestido, montando en silla como los gringos y se nota su distinguida patilla. En la cara de los hombres se les dibuja una sonrisa  y comienzan a planear en como capturarlo y poco tiempo  después el encargado del corral baja al unitario de su caballo  enlazándolo como si fuese una res. Luego de lo sucedido los vecinos que fueron testigos de lo ocurrido, se le acercaron a los lobos para comentarles su preocupación debido a que ``la abstinencia de carne era general en el pueblo´´. La unica  respuesta brindada fue que el Restaurador iba a solucionarlo, dejando a los habitantes más tranquilos sin importarles el destino del pobre cajetilla.

Comentarios

  1. El texto elaborado resulta poco personal ya que se quedan pegados al cuento base sin que la reescritura proponga una mirada renovada, otra lectura o interpretación de los sucesos, de modo que se justifique la recreación. Así, no dan cuenta de la consigna.
    Rever errores de expresión y algunos de ortografía.
    NOTA: 5-

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