"La Moneda" Florencia Costa



A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbramos hacerlo los antiguos historiadores españoles de América que deben ser nuestros prototipos. Corría el año 2018, en la ciudad de Luján, la capital argentina del catolicismo y el “oso” Fernández como todo buen hombre se levantaba el domingo a la mañana para llevar a su familia a la santa misa. El oso era un empresario del campo con alta relevancia en la zona, su esposa era la anfitriona de todas las fiestas, y sus hijos iban a la mejor escuela de la ciudad y se destacaban con sus notas y aptitudes. Y hoy era una misa especial, la pascua de la resurrección, la festividad más importante de la religión, hoy más que nunca la familia Fernández mostraba toda su elegancia y riqueza ante el resto.
En la esquina de la Iglesia una familia con un colchón viejo pidiendo monedas se cruza con los Fernández. La señora (de nombre Marta) trata con sus dos manos taparles los ojos a los niños para que no vean esa inoportuna y fea situación: “seguro esos malvivientes se querían aprovechar”, le comentó al marido.
En el medio del evangelio.. “sus fuerzas se habían agotado, inmediatamente quedó atado en una cruz y empezaron la obra de desnudarlo”… se escucharon gritos y disparos. La gente asustada y alarmada salió a fijarse qué estaba pasando. Era un día común más, en la plaza del barrio (a la vuelta de la parroquia) los policías reprimían a los manteros que salían a vender sus artesanías; de repente caía un bofe sangriento sobre la cabeza de alguno, que de allí pasaba a la del otro, los “trabajadores” salían corriendo. El oso festejaba y comentaba con sus amigos, “que bueno, así van a aprender que es salir a laburar”.
Es así que a pesar de los accidentados sucesos de la mañana de las Pascuas la familia Fernández siguió como si nada y organizó un banquete para la comunidad de la Iglesia así todos podían borrar esas imágenes que esos pobres infelices les habían metido en la cabeza.
La familia que se acercó en la esquina de la iglesia para pedir limosnas había conseguido 50 pesos para poder pagarse la comida del día y por suerte por tener la madre un bebé en brazos no habían sido reprimidos por la policía.

Comentarios

  1. La idea es muy buena y con más trabajo podría dar un resultado excelente. No lográs dar con el tono narrativo, ya que se dice pero no se narra y el discurso no tiene pretenciones literarias. Algunas de las frases están bien integradas, pero otras no tanto y el color de la tipografía no ayuda a que se incorporen con naturalidad al texto propio.
    Desconcierta el título.
    Algunos errores de expresión.
    NOTA: 6

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